Por sus alas que caen abatidas.
Siento dolor por el clamor que agoniza en el alba
Y la gran indiferencia de una memoria que olvida.
Siendo terror por el grito lejano que no alcanza a ser escuchado por todos, que se ahoga en su llanto y nadie calma.
Siento calamidad por el río de sangre ante mis ojos
Y el poco amor que se regala.
Me duele el alma que transpira angustia.
Me duele la Alegría que se apaga.
Una esperanza marchita
Una tenue mañana.
Poesía
Miguel Adame Vázquez.
08/10/2014.